1972. En Terrassa (una ciudad industrial catalana) dos obreros textiles con vidas y ocupaciones de lo más normales son hallados en la vía del tren, decapitados y junto a una nota de depsedida que dice: "LOS EXTRATERRESTRES NOS LLAMAN, PERTENECEMOS AL...INFINITO".
Poco después aparecen otras cartas póstumas más extensas y totalmente sobrecogedoras dirigidas a la ONU y a otros investigadores del fenómeno OVNI en toda España. En ellas los dos suicidas hablan de la increíble mutación que han sufrido sus cuerpos y que les ha ido preparando para este viaje definitivo a Júpiter, donde según creen se encuentra la base alienígena más cercana.
¿Cómo explicar este increíble suceso? Esta historia reconstruye los hechos reales e intenta profundizar en la compleja psicología de estos dos personajes enfermos terminales de un mal muy exteniddo a finales de los sesenta en el mundo entero: la marcianitis. En pleno auge de la guerra del Vietnam, el planeta vive acongojado ante lo que puede ser el desenlace definitivo de la guerra fría: la Tercera Guerra Mundial. En este ambiente apocalíptico estalla el boom de los OVNIs en todas partes. En todos los países surgen como setas investigadores, publicaciones y clubes dedicados a este tema.
Y España no iba a ser menos. Nuestra nación, aislada del mundo en muchos aspectos, no puede escapar a esta moda. Nos encontramos en los últimos años del franquismo. Los movimientos obreros empiezan a asomar con fuerza y la policía política tiene más trabajo que nunca. Las asociaciones, incluso las lúdicas, son miradas con lupa como posible hervidero de focos subversivos. Los clubes de OVNIs no escapan a esta persecución y sus miembros, que sólo pretenden evadirse con los extraterrestres de un panorama cultural aburrido y desolador, son víctimas de este ambiente enrarecido y esquizofrénico.
Juan y José, los suicidas de Terrassa, sabían mucho de todo esto.
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