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lunes, 6 de julio de 2020

Días de fútbol

Días de fútbol (2003) - Filmaffinity

Jorge tiene treinta años y piensa que su vida no puede empeorar. Su trabajo le deprime y su novia le deja cuando él le pide matrimonio. Pero aunque parezca mentira las cosas siempre pueden ir a peor y como muestra solo hay que echar un vistazo a sus amigos: Ramón no sabe que le saca más de quicio, si las ocurrencias de su mujer, o su más que perdida lucha contra la alopecia; Gonzalo lleva tanto tiempo estudiando derecho como buscando novia, y a este paso no parece que vaya a conseguir ninguna de las dos cosas ; Carlos aspira a ser un gran actor pero no ha pasado de ser secundario en la teletienda; Miguel es policía y padre de familia pero su sueño es ser cantautor, lo que saca de quicio a su mujer.
El único que parece llevar controladas las riendas de su vida es Antonio, pero eso no quiere decir mucho teniendo en cuenta que acaba de salir de la cárcel.
Creen que ha llegado el momento de cambiar sus vidas y la brillante solución que encuentran es volver a montar el equipo de fútbol que tenían de jóvenes, y por fin ganar algo en su vida, aunque sea un trofeo de fútbol 7.
Cuando no sabes de qué hablar con tu pareja sólo hay una cosa que puedes hacer: pedirle que se case contigo. A partir de aquí hay dos opciones: que te diga que sí o que te diga que no. Si la respuesta es afirmativa surgirán de repente numerosos temas de conversación: dónde casarse, a quién invitar, la vivienda, ¿compra o alquiler?, el tema de los niños; en fin nuevos problemas sobre los que discutir. La segunda opción es que te digan que no; entonces sí que tendremos nuevos temas: ¿es que ya no me quieres?, ¿estás enamorada de otro?, ¿por qué esto para conmigo? Y consecuentemente acabas sumido en la depresión más profunda, cuando lo único que querías era sacar un tema de conversación para el domingo por la noche.
Los personajes de "Días de Fútbol" se debaten en estas fronterizas lides del sí quiero y del no quiero. Mientras Jorge nuestro protagonista está hundido en un pozo negro porque su novia, enamorada de otro, no lo acepta en matrimonio, Antonio decide coger las riendas de su vida y tras un periodo a la sombra, y no de un pino precisamente, se pone a trabajar y contrae matrimonio.
Cuando llega uno de estos momentos cruciales en la vida, hay que tomar grandes decisiones que marquen la diferencia entre la edad adulta y la adolescencia, y adoptar medidas emocionalmente maduras para solucionar los conflictos conyugales. Por eso los protagonistas de nuestra película, optan por montar un equipo de fútbol como cuando eran chavales, lo que les coloca en una nueva categoría de seres que se podría definir como incapaces vitales.
Ante el reto de escribir y dirigir una película cuyos personajes optan por la incapacidad vital como modus operandi, necesitaba unos referentes reales que me hicieran creer que esos personajes pudieran existir; la labor de documentación no fue muy exhaustiva: mis amigos son así. Sin entrar en detalles, el que no tiene problemas con el trabajo, los tiene con su pareja, o con las mujeres en general, y las soluciones que toman son muchas veces aun más escalofriantes que montar un equipo de fútbol o robar un cerdo. Pero insisto, sin entrar en detalles porque hoy por hoy, siguen siendo mis amigos (muchos de ellos parte del excelente equipo técnico y, sobre todo, artístico de la película). Amigos como los que aparecen en Días de fútbol, cuya mayor muestra de afecto es preguntarse ¿dónde has aparcado el coche?, pero que sin embargo darían su brazo derecho los unos por los otros. Amigos capaces de infiltrarse en un criadero de cerdos en plena madrugada para colaborar en la carrera de actor de uno de ellos, capaces de sudar la gota gorda jugando al fútbol en pleno verano, sin ninguna gana, y mucho menos talento, con la creencia de que así van a animar al amigo recién abandonado por su novia. En fin, amigos de verdad, de los que merece la pena tener y siendo sinceros, difíciles de soportar.
Para hacer una película sobre la amistad creí necesario rodearme de mis amigos, por esto, para mí, el mayor triunfo en esta película reside en que los que empezamos siendo amigos al principio de la producción sigamos manteniendo la amistad ahora que se va a estrenar la película. Y que aquellos que nos hemos conocido durante el rodaje podamos preguntarnos con cariño dónde hemos aparcado el coche.

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